Las diferentes civilizaciones que desde tiempos antiguos han poblado la actual Bétera han dejado su huella en el pueblo y también en el entorno natural. Los numerosos caminos rurales que nacen en el casco urbano nos desvelarán valiosos resto ibéricos y romanos, así como la emblemática alquería de Bofilla, con la esbelta torre defensiva musulmana. Un paisaje salpicado de masías construidas por la burguesía valenciana del momento, que escogió Bétera como lugar privilegiado de veraneo, que conviven con singulares elementos de arquitectura agrícola tradicional, como catxerulos i algibes. De la misma manera, el término conserva abundantes restos de la línea de trincheras Puig-Carasols, construida en las postrimerías de la Guerra Civil para defender la ciudad de València.